Aunque el Gran Cañón del Colorado solo quedó entre los 28 finalistas del concurso Las 7 maravillas naturales del mundo podemos confirmar que sí es un lugar maravilloso. Podríamos describirlo como imponente y sorprendente. Sus vistas son impresionantes, muchas de ellas capaces de dejarte sin aliento; y no solo por la belleza del lugar también por la altura que podría dificultar levemente la respiración.
El Parque Nacional del Gran Cañón se encuentra al suroeste de los Estados Unidos y al noroeste de Arizona. Muchos de los millones de visitantes que recibe anualmente viajan por carretera desde la famosa ciudad de Las Vegas. Son poco más de cuatro horas que vale la pena manejar.
Hace falta una buena planificación para aprovechar al máximo la visita al lugar. Pero antes de decidir qué hacer o no, debes saber que allí se puede dar recorridos en mula, escalar, hacer paddle board, dar un paseo en helicóptero y claro está, hacer senderismo. Por cierto, puedes limitarte a disfrutar de las vistas desde los miradores. “No hacer nada” también es una opción súper válida en un sitio como este.
Planificar también evitará que llegues al Gran Cañón por una zona que esté cerrada. El lado norte, llamado en inglés North Rim, generalmente permanece cerrado desde mediados del mes de mayo hasta octubre, todo depende de las condiciones del tiempo. Mientras que el lado sur (South Rim) está abierto todo el año. Y es precisamente el clima otro aspecto al que se debe de estar muy pendiente porque puede ser extremo.
Si haces una rápida búsqueda en internet notarás que imágenes de las paredes del Gran Cañón son las que se destacan, pero allí hay más que ver. Si quieres explorar el lugar por varios días puedes instalar un campamento en un área designada para esto o pernoctar en una RV. Si prefieres mayor comodidad puedes alojarte en uno de los siete hoteles que hay en el Parque. Hospedarte dentro del Parque te permitirá recorrer con mayor comodidad el lugar y ser testigo de los espectaculares amaneceres y atardeceres. Si te propones visitar este lugar de norte a sur ten en cuenta que el recorrido en auto dura cinco horas.
Una visita no es igual a la otra. El Gran Cañón siempre luce diferente y todo depende del sol, las sombras que se crean a lo largo del día y la neblina formada por la contaminación proveniente, mayormente, de lejanas áreas industriales y urbanas al oeste y al sur. Es algo así como si unos días el Gran Cañón despertara de mejor humor que otros.
Llegué al Gran Cañon y me fui con las mismas ganas de regresar que las que tenía de conocerlo. Siento que me faltó contemplarlo más, recorrerlo más, fotografiarlo más… pero tengo la leve sospecha de que no importa cuántas veces lo visite siempre me iré con ganas de volver. Y no es para menos. Este lugar es impresionante. Debe visitarse al menos una vez en la vida para poder ser testigo de que no hay adjetivo que describa a la perfección esa gigante grieta que formó el Río Colorado y que hoy es conocida como el Gran Cañón.
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